La NTP 862, también conocida como Nota Técnica de Prevención 862, es un documento técnico esencial en el ámbito de la prevención de riesgos laborales, especialmente cuando hablamos de operaciones que involucran la manipulación de amianto.
Si trabajas o tienes relación con este sector, te habrás dado cuenta de que el amianto, conocido también como asbesto, es una sustancia muy peligrosa, cuyo mal manejo puede tener consecuencias graves para la salud.
En esta entrada de blog, vamos a desglosar de manera clara y directa en qué consiste la NTP 862, cuáles son sus implicaciones, y cómo puede ayudarte en las tareas de retirada o mantenimiento con amianto.
Tabla de contenidos
¿Qué es la NTP 862?
La NTP 862 es una de las múltiples Notas Técnicas de Prevención elaboradas por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) en España. En concreto, la NTP 862 trata sobre las operaciones de demolición, retirada o mantenimiento con materiales que contengan amianto.
Es decir, establece las pautas que deben seguirse para garantizar que estos trabajos se realicen de manera segura tanto para los trabajadores como para el medio ambiente.
La importancia de la NTP 862 en el manejo de amianto
El amianto es un material que se utilizó masivamente en la construcción y la industria durante décadas por sus propiedades ignífugas y su resistencia a la corrosión. Sin embargo, cuando se manipula o se degrada, libera fibras que, al ser inhaladas, pueden provocar enfermedades respiratorias muy graves.
La NTP 862 establece las medidas preventivas necesarias para evitar que estas fibras se liberen al aire durante trabajos de demolición o mantenimiento. Por lo tanto, seguir las directrices de esta normativa es imprescindible para cualquier empresa que se dedique a la retirada de amianto.
Ahora vamos a responder a algunas de las preguntas más frecuentes que suelen surgir en torno a la NTP 862 y cómo se aplica en la retirada de amianto o trabajos de mantenimiento.
¿Qué medidas preventivas establece la NTP 862?
La NTP 862 establece una serie de medidas preventivas que deben adoptarse en los trabajos con amianto. Estas medidas están diseñadas para minimizar el riesgo de exposición a las fibras de amianto y proteger tanto a los trabajadores como a las personas en las proximidades. Algunas de las medidas más destacadas son las siguientes:
- Uso obligatorio de equipos de protección individual (EPI). Se deben utilizar mascarillas con filtros especiales, trajes desechables y gafas de protección.
- Delimitación de las zonas de trabajo. Es fundamental establecer una zona de trabajo claramente delimitada y señalizada, a la que solo puedan acceder los trabajadores autorizados.
- Control ambiental. Es necesario realizar mediciones periódicas de las concentraciones de fibras de amianto en el aire para asegurarse de que no se superen los niveles permitidos.
- Proceso de retirada controlado. La retirada del amianto debe realizarse de manera que se minimice la dispersión de las fibras. Esto puede implicar el uso de métodos húmedos o de encapsulación.
- Gestión de residuos. Los residuos de amianto deben ser gestionados de forma segura, en bolsas selladas y etiquetadas, y transportados a vertederos autorizados para este tipo de material.
¿Qué tipo de trabajos están cubiertos por la NTP 862?
La NTP 862 se aplica a diversos tipos de trabajos relacionados con el amianto. Aquí te dejamos una lista:
- Trabajos de demolición. Cuando se demuelen edificios o estructuras que contienen amianto, es necesario seguir las directrices de la NTP 862 para garantizar la seguridad de los trabajadores y del entorno.
- Trabajos de retirada de amianto. Esto puede implicar la retirada de techos, suelos o tuberías que contengan amianto.
- Trabajos de mantenimiento. En algunas ocasiones, no es posible retirar el amianto por completo, y se realizan trabajos de mantenimiento o encapsulación para evitar la liberación de fibras.
¿Quién debe aplicar la NTP 862?
La NTP 862 debe ser aplicada por todas aquellas empresas que realicen trabajos relacionados con el amianto, ya sea en operaciones de demolición, retirada o mantenimiento. Esto incluye tanto a empresas constructoras como a aquellas especializadas en la retirada de materiales con amianto, y abarca también a los trabajadores autónomos que puedan realizar estos trabajos.
Es imprescindible que todos los empleados estén formados en los riesgos asociados al amianto y en las medidas preventivas que establece la normativa. Además, es responsabilidad del empresario garantizar que se cumplan todos los requisitos de seguridad.
Desde la delimitación de áreas de trabajo hasta la gestión de residuos peligrosos, cualquier tarea que implique el manejo de amianto debe seguir las directrices de la NTP 862 para proteger a los trabajadores y a las personas cercanas al área de trabajo.
¿Qué pasa si no se cumple con la NTP 862?
El incumplimiento de la NTP 862 puede tener consecuencias graves tanto legales como para la salud de los trabajadores. Desde el punto de vista legal, las empresas se enfrentan a sanciones económicas significativas, suspensión de actividades e incluso responsabilidades penales si se produce algún accidente o daño relacionado con la exposición al amianto.
En términos de salud, no seguir las medidas preventivas expone a los trabajadores y a personas cercanas al área de trabajo al riesgo de inhalar fibras de amianto, lo que puede causar enfermedades graves como el cáncer de pulmón o la asbestosis.
Además, las consecuencias de la exposición al amianto pueden tardar años en manifestarse, agravando el problema. Por ello, cumplir con la NTP 862 es crucial para garantizar la seguridad y evitar riesgos innecesarios.
¿Qué responsabilidad tiene la empresa en la aplicación de la NTP 862?
La responsabilidad de la empresa en la aplicación de la NTP 862 es total, ya que debe garantizar que todas las medidas de seguridad establecidas en la normativa se cumplan rigurosamente. Esto incluye proporcionar formación específica a los trabajadores sobre los riesgos del amianto y las medidas preventivas, así como dotarlos de los equipos de protección adecuados.
Asimismo, la empresa debe asegurarse de que las zonas de trabajo estén debidamente delimitadas y señalizadas, realizar controles ambientales para medir la concentración de fibras de amianto en el aire y gestionar correctamente los residuos peligrosos generados.
Cualquier incumplimiento de estos aspectos recae sobre la empresa, que también es responsable de supervisar que las tareas se realicen conforme a las directrices de la NTP 862 para proteger tanto a sus empleados como al entorno.
¿Quién puede manejar amianto?
Solo pueden manejar amianto aquellas personas que hayan recibido una formación específica y adecuada en los riesgos asociados al amianto y en las técnicas seguras de manipulación, de acuerdo con la normativa vigente. Los trabajadores deben estar autorizados y certificados para realizar estas tareas, y la empresa debe garantizar que se cumplen todos los requisitos de seguridad.
Igualmente, es obligatorio que los operarios utilicen equipos de protección individual (EPI) específicos, como mascarillas con filtros homologados, trajes desechables y guantes adecuados. Las empresas que trabajan con amianto deben estar inscritas en el Registro de Empresas con Riesgo de Amianto (RERA), lo que asegura que cumplen con las normativas establecidas.
De este modo, solo personal cualificado y autorizado puede llevar a cabo actividades que impliquen la manipulación de amianto, minimizando los riesgos de exposición y asegurando un entorno de trabajo seguro.
¿Qué necesitas para trabajar cerca del amianto?
Para trabajar cerca del amianto, es fundamental contar con una formación específica sobre los riesgos que implica su manipulación y las medidas de seguridad necesarias. También es obligatorio el uso de equipos de protección individual (EPI), como mascarillas con filtros especiales para partículas de amianto, trajes desechables y gafas protectoras. La zona de trabajo debe estar correctamente delimitada y señalizada para evitar la entrada de personas no autorizadas.
Además, es esencial realizar controles periódicos de la calidad del aire para asegurarse de que las fibras de amianto no están en suspensión.
En definitiva, la NTP 862 es una herramienta imprescindible para garantizar la seguridad en los trabajos de demolición, retirada o mantenimiento con amianto. Siguiendo sus directrices, podemos minimizar los riesgos asociados a la exposición a este material peligroso y proteger tanto a los trabajadores como al entorno.
En nuestra empresa de retirada de amianto en Madrid estamos plenamente comprometidos con la aplicación de la NTP 862. Contamos con un equipo formado y cualificado que sigue todos los procedimientos establecidos para garantizar una retirada segura y eficaz de cualquier material que contenga amianto.
Si necesitas ayuda para la retirada de amianto, puedes contactar con nosotros, estaremos encantados de asesorarte en todo lo que necesites y asegurarnos de que el trabajo se haga de forma segura y conforme a la normativa.
Más información sobre otras Notas Técnicas de Prevención del amianto:
La NTP 815 y su aplicación en la retirada de amianto
NTP 632: Detección de amianto en edificios (I): resumen