Las propiedades del asbesto promovieron su utilización en un gran número de estructuras y edificios. En este artículo vamos a hablar de la presencia del amianto en centrales térmicas.
Veremos el uso de este peligroso mineral en la industria energética, sus ubicaciones habituales dentro de las centrales y por qué supone un gran riesgo para la salud y el medio ambiente.
Además, destacaremos algunos ejemplos de centrales que han tenido que enfrentarse al problema del amianto.
¿Por qué utilizaba el asbesto en las centrales térmicas?
El asbesto, conocido también como amianto, fue utilizado ampliamente en las centrales térmicas debido a su conjunto de propiedades físicas y químicas únicas.
Entre sus cualidades más destacables se encuentran su resistencia al calor, a la electricidad y a la corrosión, que lo hacían muy valioso en entornos industriales con altas temperaturas y presiones. Además, posee una alta resistencia a la tensión, lo que le confiere una excelente durabilidad.
Finalmente, su capacidad para ser tejido y su flexibilidad permitían su uso en una variedad de aplicaciones dentro de las centrales.
Sin embargo, a pesar de estas ventajas, el asbesto es altamente perjudicial para la salud, lo que ha llevado a su prohibición en muchos países.
Usos del amianto en las centrales térmicas
El amianto fue utilizado en numerosos componentes y estructuras debido a su capacidad para resistir altas temperaturas y condiciones adversas.
A continuación veremos los elementos en los que más se empleó este material tóxico y por qué.
Material aislante
El uso más común en las centrales térmicas era como amianto aislante. Las fibras de asbesto, cuando se combinan con otros materiales, crean un excelente aislante que puede soportar las altas temperaturas típicas de una central térmica.
El aislamiento a base de amianto se utilizaba a menudo en calderas, tuberías, turbinas y otras maquinarias y componentes para minimizar la pérdida de calor y mejorar la eficiencia.
Juntas y sellantes
Las juntas y los sellantes a base de amianto eran comunes en las centrales térmicas. Este material se usaba para asegurar un sellado hermético y resistente a altas temperaturas en lugares donde otros materiales podrían fallar.
Las juntas de amianto se pueden encontrar en diversas aplicaciones, como en las conexiones entre tuberías o en las de las calderas.
Equipos de protección personal
El asbesto también se utilizaba en la fabricación de equipos de protección personal (EPP) debido a su resistencia al calor.
Los guantes, delantales y máscaras hechos de tela de amianto se proporcionaban a los trabajadores para protegerlos de las altas temperaturas.
Ejemplos de centrales térmicas con amianto
Hay numerosos casos en los que se ha encontrado amianto en centrales térmicas de nuestro país. Un ejemplo es la Central Térmica de Andorra, en Teruel, que decidió cerrar y proceder a su desmantelamiento en 2020, incluyendo la eliminación de 25.000 toneladas de residuos con contenido de amianto.
El último caso que nos gustaría resaltar es la Central Térmica de Alcudia, en Mallorca. Tras su cierre, se llevó a cabo un amplio proyecto de descontaminación de amianto en 2022.
Estos son solo algunos ejemplos de cómo las centrales térmicas han abordado el problema del amianto. Aunque muchos han tomado medidas para eliminar este material peligroso, aún hay centrales térmicas en funcionamiento que pueden tener asbesto en sus instalaciones.
Peligros del amianto en las centrales térmicas
El amianto es un material altamente peligroso en cualquier entorno, y las centrales térmicas no son una excepción. La principal razón de su peligrosidad radica en su estructura fibrosa y microscópica. Cuando los materiales que contienen amianto se dañan o perturban, pueden liberar estas fibras diminutas al aire, donde pueden ser inhaladas o ingeridas por los trabajadores y otros presentes.
Una vez en el organismo, las fibras de amianto pueden alojarse en los tejidos pulmonares y en la pleura (la membrana que recubre los pulmones y la pared interior de la cavidad torácica).
Estas fibras son tan resistentes que el cuerpo no puede descomponerlas ni eliminarlas, lo que conduce a inflamaciones y puede resultar en cambios en el ADN de las células, propiciando la aparición de tumores malignos.
La exposición a largo plazo al amianto se ha asociado con diversas enfermedades graves, incluyendo el mesotelioma (un cáncer agresivo y raro que afecta a la pleura), el cáncer de pulmón y la asbestosis (una enfermedad pulmonar crónica caracterizada por la inflamación y el daño pulmonar).
Estas condiciones de salud pueden demorar décadas en desarrollarse tras la exposición, lo que hace que el diagnóstico precoz sea a menudo difícil.
En el entorno de una central térmica, el riesgo de exposición al amianto es particularmente elevado debido a las numerosas aplicaciones de este material en el equipo y la infraestructura de la planta.
Esto es especialmente cierto durante las operaciones de mantenimiento, reparación y desmantelamiento, que pueden perturbar los materiales que contienen amianto.
Por tanto, es vital que las centrales térmicas implementen medidas estrictas de seguridad y control para minimizar la exposición al amianto, lo que incluye la identificación y el manejo adecuado de los materiales que contienen asbesto, así como la formación de los trabajadores sobre los riesgos y las precauciones a tomar cuando se trabaja en áreas que pueden contener amianto.
En conclusión, el amianto ha jugado un papel significativo en las centrales térmicas debido a sus propiedades resistentes al calor y a la corrosión.
Sin embargo, su presencia conlleva graves riesgos para la salud, incluyendo enfermedades como el mesotelioma y el cáncer de pulmón.
Por lo tanto, es esencial identificar y gestionar de manera segura cualquier material que contenga amianto en estas instalaciones. Con una correcta identificación, formación y gestión, podemos minimizar la exposición y garantizar un entorno de trabajo más seguro para todos.
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