La explotación comercial del amianto fue prohibida en el año 2001 en nuestro país. Fue un fenómeno global que tuvo lugar en muchos otros países del mundo a causa de un descubrimiento: el descubrimiento médico de que el amianto produce cáncer en quienes se exponen a él. Precisamente por eso, los equipos avanzados de intervención debemos manipularlo siguiendo unas estrictas medidas preventivas de amianto.
Por qué es importante protegerse del amianto
“Amianto” es un término utilizado popularmente para hablar de seis minerales diferentes, todos ellos con la misma estructura metamórfica fibrosa. Sus fibras, de hecho, son las responsables de la naturaleza peligrosa y cancerígena de esos minerales. Son fibras muy delgadas y muy biopersistentes. Una amenaza.
Por eso es importante evitar los riesgos del asbesto. Y no de la forma en la que cada equipo profesional crea. En realidad, en nuestro marco jurídico gobierna una normativa de intervención del amianto y tenemos que respetarla a pies juntillas para poder proceder con la retirada del mismo. Veamos sus premisas.
Protocolo para evitar el riesgo por contacto con el amianto
Lo primero que debe tenerse en cuenta es que las intervenciones de estructuras con amianto están bastante medidas. En ese sentido, los equipos profesionales no pueden simplemente proceder con la retirada de esas estructuras, sino que deben desarrollar un documento en el que se expongan todos los pasos de la retirada y todas las medidas de seguridad que contendrá. Una por una. Luego, deberá entregarse el documento al organismo municipal o autonómico competente para su aprobación.
Sistemas para la protección respiratoria
Ese protocolo del amianto debe seguirse en todos los casos sin excepción. Y hay medidas protectoras que se deben encontrar presentes en este documento en el 100% de los casos. Como el uso de los sistemas para la protección respiratoria. En concreto, los profesionales han de utilizar mascarillas protectoras tipo FFP3.
Equipo de Protección Individual no reutilizable
Pero no solo mascarillas. Los trabajadores que intervienen estructuras de amianto deben usar equipos para la protección individual, también conocidos como EPI, para todo el cuerpo. Esto incluye un traje, unas botas, unas gafas, unos guantes y muchos otros elementos más. Ah, y deben ser eliminados tras la intevervención o someterse a una cabina de desamiantado. Es una cuestión de salud.
Procedimiento de eliminación segura
La eliminación segura depende de los equipos de protección individual de los trabajadores, pero también de la manera en la que manipulan el amianto. Al fin y al cabo, este mineral nunca resulta tan peligroso como en el momento en que está siendo dañado. Es entonces cuando libera muchas más micropartículas fibrosas al ambiente, las cuales pueden ser inhaladas por los propios trabajadores.
Conocimientos que deben tener los trabajadores
Para llevar a cabo una gestión de amianto segura, los profesionales especializados deben tener información y conocimientos muy avanzados acerca del amianto, de sus propiedades y de sus riesgos. De hecho, solo los técnicos que conforman parte de empresas inscritas en el Registro de Empresas con Riesgo de Amianto o RERA tienen autorización legal para realizar este tipo de intervenciones.
Normas aplicables a la manipulación del amianto
En nuestro país, la normativa que establece las disposiciones mínimas de seguridad y salud aplicables a los trabajos con riesgo de exposición al amianto es el Real Decreto 396/2006 del 31 de marzo. Ahí aparecen recogidas todas las medidas imprescindibles. Desde el uso de EPIS al uso del código NIMA.
En cualquier caso, en nuestra empresa vamos siempre un pasito más allá y aplicamos medidas todavía más avanzadas. Para nosotros, las medidas preventivas ante la asbestosis o el mesotelioma pleural nunca son suficientes. Es nuestro deber proteger a todas las personas sin excepción. Hacia una sociedad sin amianto.