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Los sacos para amianto, también conocidos como Big Bags, son envases para residuos peligrosos y tóxicos, como el asbesto, donde se almacena, se mantiene y se transporta el amianto hasta su eliminación en una planta de gestión de residuos. Existen diferentes tamaños ya sea para placas enteras o para desechos. Todos las Big Bags tienen que cumplir con la normativa europea en su etiquetado, garantía de seguridad y tener el cierre adecuado para evitar la dispersión de fibras de asbesto en el aire.

Qué función tienen las bolsas para el asbesto

 

Las bolsas para amianto están diseñadas con el fin de transportar este material. Además, para proteger en su transporte a todos aquellos que entran en contacto con él y evitar la fuga de las fibras de amianto al exterior.

Tipos de bolsas para la retirada del amianto

 

Según el estado del amianto de tu entorno, será necesario utilizar un tamaño de bolsas diferentes u otras. Existen bolsas más pequeñas pero con la misma seguridad que las grandes para el transporte de amianto roto o destruido, y otras para aquel que está intacto.

Tipos de bolsas para la retirada del amianto

Para el elemento troceado

 

Este tipo de Big Bag es laminado y mide 55 x 95 cm y está destinado para trozos pequeños. Pero para trozos más grandes existen otros tamaños como 90 x 90 x 100 cm con cierre de camisa y también con tejido laminado.

Placas enteras

 

Las placas enteras de amianto pueden ser de diferentes tamaños, pero normalmente este tipo de saco para las planchas de amianto suelen medir 325 x 125 x 40 cms.

Requisitos que deben cumplir las Big Bags según las regulaciones de la UE

 

Todos los sacos para amianto tienen que cumplir con la normativa vigente en la Unión Europea para así garantizar la seguridad de todos aquellos que manipuláis las Big Bags una vez estén llenas con asbesto.

Envase con cierre adecuado

 

Todas las Big Bags tienen un cierre de seguridad para evitar la salida de las fibras de amianto. Para lograr su correcto funcionamiento es necesario que no llenes totalmente las bolsas porque, si no, no podrás cerrarlas de la manera correspondiente y podrá salir el aire con alto contenido en fibras.

Etiquetado

 

En todos los sacos de amianto debe indicarse que contienen e identificar a quién ha producido dichos escombros. Deberás añadir tu número de teléfono, nombre y dirección, la fecha de envasado. Todos los datos que se incluyan en la etiqueta tanto personales como del producto que contienen tienen que estar escritos de forma clara y legible. En este caso una empresa especializada y autorizada en retirar amianto como nosotros. Una buena etiquetación es fundamental para notificar de los peligros del material que contiene.

Garantía de seguridad

 

Siempre que vayas a utilizar bolsas para amianto tienes que asegurarte que cumplan con la normativa vigente y cumplan todas las características necesarias para garantizar tu seguridad y la de todos los que te rodean.

Cómo se usan los sacos en el transporte de amianto

 

Para transportar el amianto los sacos que utilizas son fundamentales para evitar la propagación de fibras de asbesto. También para su correcta identificación y para que la carga y descarga sea mucho más sencilla y menos peligrosa. El transporte de residuos peligrosos como el amianto tiene que hacerse con la mayor rapidez posible, ya que no es recomendable que pasen más de 24 horas entre la carga y descarga.

 

Además, este transporte siempre deberás hacerlo conforme el Acuerdo Europeo sobre transporte internacional de mercancías peligrosas por carretera, que se encuentran recogidas dentro de la clase 9 “Materias y objetos peligrosos diversos” con epígrafe M1 “Materias que, inhaladas en forma de polvo fino, pueden poner el peligro la salud”.