El amianto continúa siendo un grandísimo desconocido para la mayoría de las personas. Y eso que se trata de un material que se encuentra presente en muchísimos inmuebles de nuestro país. A pesar de la prohibición sobre su comercialización y su empleo entrada en vigor en el año 2001, el amianto ya había sido utilizado para construir paredes, suelos, techos, tejados, tuberías y muchas otras estructuras más a lo largo de unas seis décadas. Por eso es importante conocer sus características. Favorecerá su identificación y su retirada.
Cómo huele el amianto
Y entre esas características se encuentra el olor del amianto. O mejor dicho: la ausencia de olor. Porque el amianto no proyecta sensaciones olfativas al ambiente. Eso significa que incluso si sus micropartículas se hallan flotando en el aire las personas no serán capaz de notarlo a través de sus narices. Un motivo más por el que debemos tener mucho cuidado con este mineral. A fin de cuentas, se trata de uno que la propia Organización Mundial de la Salud considera cancerígeno debido a sus propiedades nocivas. Entonces, ¿cómo detectarlo?
Método para detectar el amianto al ser inoloro
Una vez tenemos claro que aquello de que el amianto desprende olor es una mentira, es comprensible preguntarse cómo puede detectar entonces el amianto para protegerse de sus efectos negativos sobre la salud. No es sencillo. Incluso los profesionales especializados en la manipulación de amianto debemos recurrir en ocasiones a tecnologías avanzadas para hacerlo. A continuación vamos a darte algunas claves para identificar estructuras de uralita con amianto en tu vivienda, en tu local o en tu edificio. A veces funcionan.
Año de construcción
Este es el primer movimiento que debes realizar para quedarte tranquila. A fin de cuentas, la utilización del amianto como material para la construcción fue prohibida en el año 2001 a través de una normativa específica, tal como explicamos en líneas anteriores. Eso implica que si tu vivienda fue construida en el año 2003 o en el año 2009 no es legalmente posible que cuente con elementos de amianto. En caso de que fuera construida antes sí deberás mantener la sospecha y recurrir a otros métodos de detección más avanzados.
Objetos que pueden contener este material
También debes tener en cuenta la lista de estructuras que más habitualmente contienen uralita con amianto. Entre ellas se encuentran las paredes de los inmuebles, los suelos, los techos, los tejados, las tuberías, las cañerías, las bajantes, los depósitos de agua, las calderas o las máquinas de construcción, entre otras. Son estructuras a las que debes prestar especial atención. En cualquier caso, no estás autorizado para tocar el amianto dado que resulta peligroso para tu salud y para la de las personas que te rodean. Es necesario contratar a expertos.
Análisis para encontrar el asbesto
Serán estos expertos quienes realicen un análisis pormenorizado para encontrar el asbesto en caso de que exista. Si no localizan ningún material sospechoso, podrás quedarte con la tranquilidad de que habitas un inmueble libre de amianto. Si lo localizan, deberán realizar un análisis químico en el laboratorio para confirmar la presencia de amianto. Además, también realizarán una valoración del estado de conservación del amianto, algo fundamental para determinar la peligrosidad de una fuente de amianto en un momento concreto dado.
Qué hacer si ha sido expuesto al amianto
El hecho de que el amianto es inoloro puede dar lugar a exposiciones involuntarias a este material. Lo importante es que no entres en pánico dado que generalmente se requieren exposiciones continuadas para sufrir consecuencias graves. En cualquier caso, es necesario acudir a un especialista médico para explicarle la situación.