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El mes pasado hicimos una parada en las cabinas de descontaminación, unos elementos portátiles claves que deben estar presentes en todo tipo de intervenciones de manipulación del amianto para garantizar que la salud de los propios trabajadores y del resto de las personas está debidamente protegida. Pero, como nos encargamos de explicar en nuestro otro artículo sobre las EPIS de amianto, existen muchos otras medidas de seguridad que deben tomarse en estos procedimientos. Como el uso de las mascarillas.

Por qué hay que usar mascarilla al manipular amianto

Las mascarillas, como hemos podido descubrir durante esta pandemia provocada por el coronavirus, tienen una importancia tremenda a la hora de filtrar sustancias volátiles y proteger nuestra salud. Y no es diferente en el caso de las micropartículas volátiles del amianto. Después de todo, estas flotan en el ambiente, acaban siendo inhaladas por las personas y persisten en el organismo el suficiente tiempo como para provocar una gran cantidad de daños. De ahí la importancia de las mascarillas para el amianto.

De hecho no son voluntarias. La utilización de las mascarillas en intervenciones de manipulación de asbesto o amianto es completamente obligatoria. Al fin y al cabo, es la única manera de garantizar que la inhalación de las microfibras no tiene lugar. Pero no sirve cualquier mascarilla. En realidad, existe un tipo de mascarilla concreta obligatoria para estos servicios especializados. Ahora que ya sabes por qué usar mascarilla para el amianto vamos a hablarte de la variedad específica que debe seleccionarse.

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Cuál es la mejor mascarilla para protegerse del amianto

En concreto y según establecen las normativas vigentes en materia de retirada de amianto, los profesionales del sector deben utilizar una mascarilla FFP3 de amianto en todo momento. Esto es así porque este grado de mascarilla representa el nivel máximo de filtración que existe: las micropartículas de amianto no pueden penetrarlas. Una vez concluido el trabajo, los profesionales entran en la cabina de descontaminación y todos los materiales, incluidos las mascarillas FFP3, son desinfectadas adecuadamente.

Mascarillas FFP2 y el amianto

¿Pero qué hay de la mascarilla FFP2 para el amianto? Estas mascarillas, muy popularizadas durante todos estos años de pandemia de Covid 19, presumen de ser bastante seguras. De hecho, son las que se utilizan en los hospitales y otros entornos muy delicados. Sin embargo, lo cierto es que ni las mascarillas FFP1 básicas ni las mascarillas FFP2 están aconsejadas para las intervenciones de retirada de amianto. Repetimos: solo la mascarilla FFP3 está recomendada por los expertos. Debemos limitarnos a esa.

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Qué usar aparte de la mascarilla si manipulamos amianto

Las mascarillas son imprescindibles para las operaciones con fibrocemento de amianto o de asbesto. Pero el equipamiento de seguridad para estas intervenciones es mucho más amplio. Además de las mascarillas, los especialistas deben portar un traje de protección de amianto sin fisuras, unas botas, unos guantes y unas gafas protectoras como mínimo. La idea es cerrar todas las posibles aperturas a través de las cuales pudiera penetrar el amianto y contactar con el organismo de la persona en cuestión.

Mascarillas FFP3 para trabajar con amianto

Las mascarillas FFP3, la mejor mascarilla para el amianto, son bastante espectacular estéticamente y nos pueden evocar imágenes apocalípticas o propias de una película sobre Chernóbyl. Pero es que el amianto y el asbesto son minerales muy peligrosos. Estos silicatos metamórficos fibrosos contienen fibras muy finas y biopersistentes que penetran en las células de los pulmones hasta generar daños muy serios. De hecho, esta exposición puede generar cáncer de pulmón y mesotelioma pleural. Vale la pena protegerse.