Como ya sabrás de sobra, el mineral conocido como amianto fue ampliamente utilizado en nuestro país con fines comerciales durante décadas. En concreto, los trabajos con asbesto se encontraban muy presentes en sectores como el de la construcción, el del automóvil, el textil, el eléctrico, el químico, el de demolición, el de mantenimiento o el de pocería. Hoy las cosas son muy diferentes.
En qué trabajos puede haber contacto con el amianto
El motivo es sencillo: tras décadas de utilización, las autoridades médicas descubrieron que la inhalación de las micropartículas del amianto suspendidas en el aire era tóxica y podía derivar en enfermedades graves de los pulmones como la asbestosis, el mesotelioma pleural o el cáncer de pulmón.
Desde entonces, los únicos trabajos seguros con amianto son aquellos que realizan las empresas destinadas a la retirada de estructuras con amianto. Empresas autorizadas e inscritas en el Registro de Empresas con el Riesgo de Amianto como la nuestra. Y siempre siguiendo medidas de seguridad muy estrictas.
Exposición laboral
El gran foco de contaminación por amianto tuvo lugar durante décadas en los entornos laborales. Perfiles de profesionales como manufactureros de productos con amianto, mezcladores de asfalto, químicos, mineros o caldereros sufrieron especialmente las consecuencias. También otros como bomberos, albañiles, peones de obra, electricistas, fontaneros, astilleros, trabajadores del metal, aisladores o productores de maquinaria.
Exposición de otras personas
No obstante, y aunque los profesionales se llevaron la peor parte, también fueron muchos los ciudadanos de aquel entonces que se vieron afectados por la presencia de estructura de amianto en la sociedad. Sobre todo cuando estas estaban deterioradas y desprendían una mayor cantidad de microfibras. Por suerte, llegó la prohibición y comenzó el proceso de desamiantado de la sociedad.
¿Qué riesgos existen para los trabajadores con amianto?
Amianto es un término utilizado para describir a seis minerales metamórficos fibrosos, todos ellos con unas propiedades físicas muy peligrosas para la salud de las personas. El problema es que las micropartículas de estos minerales son biopersistentes y aguantan muchísimo en los pulmones una vez inhaladas. Eso es lo que permite a estas fibras producir daños tan significativos en las células del organismo. Es indispensable protegerse adecuadamente en los casos de exposición.
Prevención de riesgos laborales
Esto es precisamente lo que hacemos los profesionales de la manipulación de amianto, en concreto los procesos de retirada de estructuras con amianto, en el que los especialistas estamos obligados a implementar medidas preventivas de amianto para estar protegidos y evitar la contaminación de nuestros trabajadores. Unas medidas que vienen estipuladas ya en la normativa de trabajos con riesgo de amianto del marco jurídico español.
Trabajos seguros con amianto
En cualquier caso, en nuestra empresa de manipulación de amianto vamos más allá de las medidas de salud y seguridad reglamentarias e implementamos medidas aún más avanzadas para alejar los riesgos laborales del amianto de la vida de nuestros técnicos. Después de todo, no hablamos de una exposición cualquiera. Es una exposición que puede afectar gravemente la salud de los profesionales. De ahí que empleamos las técnicas más avanzadas de protección como el uso de las cabinas de desamiantado.
Equipos de Protección Individual
Y, por supuesto, todos y cada uno de los trabajadores de nuestra empresa utilizan los equipos de protección individual para el amianto, más conocidos simplemente como EPIs de amianto, más avanzados del mercado. Desde mascarillas FFP3 a guantes y pasando por trajes, zapatos especiales, gafas protectoras y muchos más. Nos tomamos muy en serio la seguridad en los trabajos con asbesto. Hay mucho en juego.